Un proyecto de diferentes imágenes digitales impresas en gran formato que exploran el sufrimiento que se auto infringe la persona que forma parte de una comunidad por cumplir sus normas necesarias para ser aceptada.
Aunque muchos aspectos de este proyecto puedan coincidir en su interpretación con el papel que juega el individuo en otras culturas del mundo, mi exploración se centra en el dolor del hombre/mujer occidental.
Una de las grandes características que identifican a una cultura y que causan gran trastorno y sufrimiento a quienes participan de ella es el necesario encuentro de todos ellos en una estética compartida. El colectivo como unidad y para no fragmentarse parece requerir de ciertas pautas y normas tanto de comportamiento como de estética, moral y hábitos, que hacen de cada individuo soporte de identidad colectiva.
Pero esto no es lo importante en este proyecto puesto que no soy quien para juzgar estas pautas que la sociedad requiere a cada individuo, pues entramos en conflictos psicológicos personales del propio “ser estético” que también busca su propia identidad dentro del dilatante campo de acción que la sociedad permite en el plano más personal y dentro de lo comúnmente ético y estético. Y además no quiero correr el riesgo de que mi discurso se pierda en campo antropológico cultural. No, mi intención es mostrar el trastorno que esto ocasiona en lo más intimo, en ese lugar donde el ser social está en estrecho contacto con el ser “animal” y desde allí cada uno de nosotros tenemos que reinventarnos construyendo una proyección hacia los demás.
Desde luego, es necesario que detrás de cada obra haya una indagación en alguno de los aspectos de nuestra cultura o sociedad que me permita trabajar sobre el dolor que ocasiona su cumplimiento en el plano íntimo, y también un enfoque personal y crítico del hecho que motiva este sufrimiento. Sin embargo no pretendo plantear una denuncia y una reacción en contra, esto sería absurdo puesto que creo tanto en el ser animal como en el ser estético con todos sus problemas intrínsecos, sólo pretendo una obligada introspección de cada uno de nosotros que invite a distinguir algunos trastornos interiores escasamente atendidos por norma general.
No hay soluciones ni propongo acciones ni reacciones. Quiero mostrar ese trágico lugar hasta el que inconscientemente llegamos cuando nos fragmentamos para desechar algunas partes y nos volvemos a reconstruir con los fragmentos “elegidos”. Así llegamos a una invención de nuestro ser social y lo construimos pero sin ser demasiado conscientes de ese lugar maltrecho que abandonamos en el interior lleno de fragmentos desensamblados. El taller interior donde nos reconstruimos y luego no lo ordenamos.
Es este hecho trágico y doloroso el que quiero reflejar en mi obra, este taller entre nosotros y nuestro ser social.
Ricardo Laspidea.
Autor:
Site:
Publicado:
Categoría: Design
Nenhum comentário:
Postar um comentário